domingo, junio 28

Te siente.


Te quiero.
Mi rostro está semioculto, pero estoy segura de que puedes verme sonreír.
Te adoro.
Entrelazas tu mano con la mía y fijas tu mirada en mis ojos.
Me complementas.

Susurra de nuevo mi nombre dejando que acaricie mis labios antes de besarme.

No.
Me falta el aire.
No noto la calidez de tu mano. No siento tus caricias. No puedo reflejarme en tus ojos.
Estoy aquí.
Por favor, mírame.
La presión del pecho aumenta, me duele. Las lágrimas me nublan la visión, no puedo verte.
Grito tu nombre, pero no es mi voz la que deseas oír.

Ella.
Te siente.

martes, junio 9

El cuervo está muerto.


Frágil aleteo de un pájaro herido, que agoniza rememorando un deseo del que ahora se arrepiente.
Nunca es tarde, sino pronto, cuando el ferviente anhelo de algo perdido toma la decisión por ti.
No te retractes entonces de aquel paso que no fue seguro y se hundió en el fango.
Recuerda que como aquel pájaro, tras la muerte, nada.