martes, junio 9

El cuervo está muerto.


Frágil aleteo de un pájaro herido, que agoniza rememorando un deseo del que ahora se arrepiente.
Nunca es tarde, sino pronto, cuando el ferviente anhelo de algo perdido toma la decisión por ti.
No te retractes entonces de aquel paso que no fue seguro y se hundió en el fango.
Recuerda que como aquel pájaro, tras la muerte, nada.