jueves, marzo 3

Ella


Si ahora mismo dejase que un suspiro escapase de mis labios y acariciase la piel de tu cuello, tu cuerpo entero reaccionaría estremeciéndose. Pero no voy a hacerlo, ahora no. Me deleita la visión de tus brazos alzados y encadenados, la perfección y delicadeza de tus curvas, y tu aroma de mujer. Una hermosa mujer. Dejo que mis dedos acaricien tu morena cintura y tú suspiras. El cabello castaño que cae en cascada por tu espalda me hace cosquillas en la nariz cuando me acerco. Tan femenina en cada gesto... Retiro tu pelo y coloco en beso sobre tu hombro izquierdo. Se que estás sonriendo, aun que no te vea. Mis impúdicas manos se deslizan ahora por tu cintura hasta encontrarse en tu abdomen. Me he ido acercando a ti y ya eres capaz de notar mi pecho contra tu espalda. Jadeas excitada. Yo también quiero sentirte. Me estrecho contra ti haciéndome partícipe de tu calor. Muerdo el lóbulo de tu oreja y sonrió cuando mi nariz roza el suave pañuelo que cubre tus ojos. Mis manos aferran tus senos y un jadeo de sorpresa me invita a continuar. Cuando mi mano desciende hasta colarse entre tus piernas, me percato de que la pequeña tela que cubre tu sexo está húmeda. Me abro paso para regalarte unas íntimas caricias. El primer gemido que llega hasta mis oídos me recorre entera. Sensual. Excitante. Noto el movimiento involuntario de tus caderas que ávidas de más, acarician mi cuerpo desnudo. Incremento tu gozo que aviva el mío. Tus piernas están temblando y luchan por sostenerte. De rodillas como estás deslizo mi pierna entre las tuyas. Cuando rozo tu sexo, el orgasmo invade ambos cuerpos y me sorprende haciéndome aferrar a ti. Retiro la húmeda tela que te cubre cuando mi respiración se calma. Estas buscando mis labios en la oscuridad, y al percatarme dejo que los atrapes en un posesivo beso. Ahora frente a ti, recorro tu cuerpo desnudo con una mirada lasciva que no suele caracterizarme. Te siento sobre mí alzándote por las caderas y mi boca se pierde entre las curvas de tu cuerpo. Me suplicas que te desate, que te devuelva la vista. Sonrío y muerdo con fuerza tu cuello. Yo también necesito sentir tus caricias. Te dejo libre y en el momento en que nuestras miradas se cruzan, un escalofrío recorre mi cuerpo. Humedeces tus labios antes de tumbarte sobre mí y presionar tu pecho contra el mío. Jadeo excitada y araño tu espalda. Tu lengua traza un camino hasta llegar entre mis piernas sin detenerse. Mis gemidos son ahora el telón de fondo de esta entrega. Aferrándome con fuerza a las sábanas, noto tus uñas clavadas en mis muslos. El sentido me abandona cuando tu lengua me penetra. Tuya. Pronto, en un vaivén desesperado, el éxtasis vuelve a poseernos esta noche. Derrotada dejo que hagas conmigo lo que desees. Me siento morir de nuevo mientras tus labios se aprenden de memoria cada rincón escondido de mi cuerpo. Eres tan suave y delicada... Tu aroma de mujer me embriaga cuando te tumbas sobre mi pecho. Beso tu frente y te estrecho entre mis brazos. Cálido abrazo el de una mujer tras una noche apasionada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario