jueves, marzo 3

La puerta está abierta







La puerta está entreabierta, puedo observarlo desde la cama. No veo absolutamente nada tras ella, la oscuridad es absoluta tras el umbral. No importa, no hay ningún misterio. ¿Por qué no lo hay? Entrecierro los ojos buscando algo que no existe.


Las sábanas acarician mi cuerpo desnudo cuando me ladeo sobre el colchón observando esa oscuridad absoluta. El silencio que envuelve la habitación desaparece.




Huele a lluvia.
Huele a ti, a mí.
A nosotros.




Cierro los ojos durante unos segundos para imaginar que la lluvia no está golpeando los cristales esta noche. En su lugar acaricia mi cuerpo con sus suaves lágrimas.
Me recorre un escalofrío, y te das cuenta de que estoy despierta.
Entre las pestañas con lentitud, como el momento lo requiere, vuelvo a observar la puerta entreabierta. Nada a cambiado.

Tu respiración es tranquila y acompasada. Estás dormido.

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